jueves, 3 de mayo de 2012

Historia del punto de cruz

Varias me habéis pedido información sobre la historia y algunos tutoriales sobre el punto de cruz. Así que he decidido hacer un apartado especial para ellos. Así que empezaremos con un poquito de historia sobre el punto de cruz...

El punto de cruz es una de las técnicas más antiguas de bordado, las primeras piezas de punto de cruz fueron encontradas en fragmentos antiguos de ropa hallados en yacimientos arqueológicos de Egipto (500 a.de C.) o del Asia Central (850 a. de C.) .

El verdadero punto de cruz, idéntico al que se realiza actualmente, hizo su aparición en Europa durante la Edad Media, para luego difundirse ampliamente durante el Renacimiento.

En el siglo XVI, aparecen los primeros esquemas impresos, provenientes de Europa, especialmente de Alemania e Italia con temas típicos de la época: decoraciones florales, religiosas y heráldicas, llenas de símbolos como cruces, cálices y palomas. Las telas sobre las que se bordaban eran de lino, de seda o lana. No había mucho colorido en los hilos pero en el siglo XVII empezaron a llegar los colorantes provenientes de América para poder teñir los hilos y conseguir colores distintos. El color más usado fue el color rojo, que aguantaba mejor los lavados.

En los bordados populares de la Europa Oriental y Central es característico el punto de cruz en dos dimensiones (sin sombras) con diseños geométricos y florales, normalmente trabajado con hilos de algodón sobre lino.

El punto de cruz en el siglo X y XII era usado por las mujeres para reproducir los motivos de las alfombras que traían de Oriente. También era una forma para que las mujeres aprendieran el alfabeto y se conviertió en una distracción femenina; mientras los hombres salían a luchar ellas bordaban en casa preciosos tapices y murales.

En Estados Unidos el primer muestrario de punto de cruz conocido se localiza en el museo Pilgrim Hall en Plymouth, Massachusetts [1]. Este muestrario fue elaborado por Loara Standish, hija del capitán Myles Standish, alrededor de 1653. Tradicionalmente, el punto de cruz se utilizaba para embellecer tejidos como mantelerías, lencería y tapetes (sólo pequeñas partes de lo que actualmente se bordaría, como los bordes). Aunque existen muchas bordadoras que aún lo emplean para estos usos, especialmente en Europa, es cada vez más corriente usar este punto para bordar sobre tejidos de tela de panamá o cañamazo y colgarlos en la pared como elementos decorativos.

La industria textil también evolucionó y consiguieron producir hilos de muchos colores y tejidos varios como el de algodón. Esto fue un detonante para que esta labor se introdujera en la mayoría de hogares. Actualmente el hilo de algodón mercerizado es el material más utilizado. Consiste en un hilo fabricado en algodón y compuesto de seis hebras poco retorcidas para que se puedan separar fácilmente. También se suele utilizar el hilo de algodón perlado, la seda y el rayón. En ocasiones se utilizan diferentes hebras de lana, metalizadas o algunas otras especiales, a veces para todo el bordado o simplemente para detalles y adornos. En 1841 DMC empezó a fabricar de hilo de coser y de bordar.
En el siglo XVIII, los dibujos se hacen más realistas y en la segunda mitad del siglo aparecen los primeros paisajes. En el siglo XIX nace la edad de oro del bordado en punto de cruz. Los grandes progresos de la imprenta permitieron satisfacer la demanda creciente de esquemas y modelos y en 1840 se publicaron más de catorce mil.


El punto de cruz y el bordado en España:

En España, debido a los siglos de dominación musulmana, la influencia de los bordados árabes fue muy importante. De los diversos estilos españoles, el más llamativo era el de punto de lana de oveja negra sobre lino blanco. Que fue llevado a Inglaterra en el siglo XVI por Catalina de Aragón, primera esposa de Enrique VIII. La combinación de colores negro sobre blanco se convirtió en el popular trabajo isabelino de blackwork. De hecho en Inglaterra se le conocía como Spanishworks y decoraban los trajes de los monarcas con ricos bordados usando esta técnica.
La evolución del bordado en España corrió paralela a la del resto de Europa; sin embargo, algunas variedades regionales, que aún se practican hoy día, conservan las características y peculiaridades que tenían en el siglo XVI. Entre las más destacadas se encuentran el de Lagartera, con motivos geométricos, el bordado mallorquín con influencia oriental y del que ya hablamos en este post y el de Cáceres, de inspiración mudéjar y renacentista.

MATERIALES

Tela: Lino, tela aida o panamá, aunque gracias al cañamazo el punto de cruz se hace viable sobre cualquier tejido. Si por ejemplo, queremos bordar sobre una loneta, deberíamos centrar un retal de cañamazo, hilvanarlo y bordar según su trama el punto de cruz. Finalmente, se deshace el cañamazo tirando con sumo cuidado de sus hilos.

Consejo: en esta situación se debe bordar con un poco más de la tensión normal, ya que, de lo contrario, al sacar los hilos, el bordado quedaría suelto y podría engancharse.

Hilos: Preferentemente, mouliné, 100% algodón y trabajado a dos hebras. Aunque depende de la trama de la tela.

Agujas: Se recomienda el uso de una aguja corta, ya que permite aprovechar el costoso hilo al máximo. Si se borda sobre aida o panamá, se preferirá una sin punta (también llamada de punta roma), pero si trabaja sobre una tela más compacta, tupida, se deberá utilizar una aguja con punta afilada.

Bastidor: En Inglaterra parece una costumbre muy arraigada el bordar el punto de cruz en los bastidores de aro, esto es, sin pie. Gracias al uso del bastidor, el bordado queda más uniforme y se evita el arrugado de la tela.

subir imagenes
Fuentes: Wikipedia y DMC

2 comentarios:

Davant del Riu dijo...

Bonita y detallada explicación sobre la historia del punto de cruz, gracias por compartirla.
BSTS.

ElBosquedeSara dijo...

Belén, eres un pozo de sabiduría!!
Muchas Gracias.
Besitos